A medida que avanzamos, dejamos a un lado el ser conscientes de nuestras acciones más cotidianas, generando elevados niveles de ansiedad y estrés.
Por ello, practicar el mindfulness puede resultar útil en la vida, pues tiene el objetivo de extenderse como un hábito cotidiano. Su significado se traduce a “atención plena”, y se define como la capacidad para llevar la propia atención a las experiencias presentes, aceptándolas sin juzgar.
Existen innumerables ejercicios de mindfulness para vivir cada momento del día a día con plenitud, liberando el estrés y haciendo frente a la ansiedad.
¿Cómo empezar con la práctica siendo principiante? Te proponemos algunas opciones.
Hatha Yoga
La técnica incluye diversas posturas sencillas para obtener mayor conciencia de las sensaciones corporales.
Meditación estática
Se practica sentado en una silla o en el suelo, encontrándote en una postura relajada. Trata de observar tu respiración y dirige tu atención a otro objeto, después vuelve a tu respiración. A medida que avanzas, tienes control sobre la técnica.
Puedes comenzar observando el cuerpo, prestando atención a los sonidos, pensamientos y sentimientos, siempre teniendo control en tu respiración.
Meditación caminando
Consiste en prestar atención a la experiencia de caminar. Sin ningún propósito, aprovechando cualquier ocasión, observando las sensaciones de los pies, piernas y cuerpo.
Objetivos diarios
Inicia el día enfocando tu atención en los objetivos que quieras lograr. Concéntrate en dos o tres diarios; pueden ser laborales, personales o emocionales.
Atención en los pensamientos
Para detener el estrés diario, podemos hacerle frente analizando los pensamientos y emociones. Actúa para mitigarlo y reduce la intensidad de tu día a día causada por pequeños momentos de tensión.
Estos ejercicios los puedes practicar a diario durante 5, 10 o 15 minutos. Lo importante está en la actitud de la persona que los adoptará.