Cada vez leemos y escuchamos más hablar del mindful eating, que es la alimentación consciente, tomada como un proceso para aprender una nueva dinámica con la comida. Antes de continuar, debemos aclarar que no es hacer dieta para adelgazar, ni adoptar ninguna etiqueta concreta. Es más un estilo de vida, una manera de relacionarse con la alimentación y llevar la atención plena a nuestra nutrición, englobando qué escoger, cómo cocinar y comer.
¿Sabes cómo llevarlo a cabo?
Intentar comer de una manera más consciente, es también darnos cuenta de nuestros patrones, sistemas de creencias, valores, hábitos, rutinas y pensamientos asociados a la alimentación, sin juicios ni críticas, y decidir cuáles nos ayudan a cuidarnos y cuáles no.
Si nos detenemos a pensar en la forma en que comemos fácilmente nos daremos cuenta de lo mucho que se modificaría nuestra alimentación si intentamos volver más consciente la misma, estar más atentos al momento de hacerlo.
En la actualidad el ritmo de vida que llevamos nos empuja a comer con prisas, sin registrar en su mayoría lo que ingresa en nuestra boca y muchas veces, sin preguntarnos acerca de qué estamos metiendo en nuestro cuerpo o si realmente tenemos hambre y deseos de comer.
Pero la alimentación consciente intenta desarrollar en nosotros el comportamiento contrario, es decir, promueve el autocontrol y el autoconocimiento, rescatando señales internas que tenemos olvidadas y volviendo más “racional” y menos automático el comer actual.
Recuerda que la actitud es importante, y nada mejor que empezar con una actitud curiosa, paciente y libre de juicios y expectativas, que nos lleve por el camino del autoconocimiento para comprender los mecanismos que dirigen nuestra alimentación.
Entiende que el cambio no es lineal y esto es un proceso, ten paciencia y recuerda que es sano ser tú misma.